Picasso. La muchacha de los pies descalzos. Musée Picasso,París. © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2015. © RMN-Grand Palais / Mathieu Rabeau / Adrien Didierjean

 

 

BIOGRAFÍA
SUS MAESTROS
A CORUÑA 1891–1895
A CORUÑA HOY

 

A CORUÑA HOY
A Coruña, que ya en la época de Picasso era una ciudad pujante, experimentó a lo largo del siglo XX un desarrollo espectacular. Sin perder su identidad, en estos años ha multiplicado sus atractivos y se ha consolidado como una de las urbes más interesantes del norte peninsular.

No solo no se han perdido las galerías, como en algún momento temió Picasso, sino que la singular arquitectura coruñesa sigue siendo uno de los grandes activos de la ciudad. Algunos de los mejores lugares para contemplarla son el entorno de la plaza de Lugo —donde vivía el artista con su familia— o la recientemente renovada dársena de la Marina, un espacio idóneo para disfrutar de un agradable paseo a pie o en bicicleta junto al mar. También la plaza de María Pita, corazón vivo de la ciudad, que además es un punto de partida perfecto para recorrer la ciudad vieja. La Torre de Hércules, la torre de caramelo pintada por Picasso, que ya entonces era el monumento más destacado de la ciudad, fue reconocida en 2009 como patrimonio de la Humanidad. Es un lugar al que ningún visitante debería dejar de acudir: su cercanía al centro, las espectaculares vistas, el parque de esculturas al aire libre o las posibilidades para practicar deporte, la convierten en un enclave único. Las playas de Riazor y el Orzán, antaño favoritas de Picasso, continúan siendo populares lugares de esparcimiento, muy frecuentados tanto por los coruñeses como por los visitantes. Las dos han sido galardonadas con la bandera azul, al igual que la vecina playa del Matadero. Esta última es además un spot apreciado por surfistas y bodyboarders, mientras que el paseo marítimo es lugar de entrenamiento habitual para multitud de corredores aficionados.

Las posibilidades de practicar deporte y de disfrutar de competiciones de primer nivel son innumerables en A Coruña. A citas deportivas con gran arraigo como fútbol, hockey, natación en mar abierto o traineras, se han ido sumando otras. Las pruebas internacionales de maratón y marcha, ambas en circuito urbano, despiertan gran expectación año tras año entre aficionados y curiosos. Incorporaciones más recientes, como el triatlón, que va ganando adeptos, ponen de manifiesto la pasión de los coruñeses por la actividad física.

También los amantes de la cultura tienen a su disposición una amplísima oferta. A Coruña siempre ha sabido disfrutar de los espectáculos, en particular de la música. La Orquesta Sinfónica de Galicia, con sede en el Palacio de la Ópera, ofrece una interesante programación en la que es habitual la presencia de prestigiosos solistas y directores invitados. La temporada de ópera, única en Galicia, cuenta ya con una larga tradición y suma aficionados año tras año.

Pero no todo se reduce a la música clásica: jazz, pop-rock, folk, teatro, musicales, danza, espectáculos infantiles… tienen cabida en la programación cultural de la ciudad. Recintos de corte clásico, como el precioso Teatro Rosalía de Castro y el Teatro Colón, o más funcionales, como Palexco o Expocoruña, ofrecen a lo largo del año propuestas para todos los gustos.

Si en tiempos de Picasso los pintores exhibían sus obras en los escaparates de establecimientos comerciales, hoy la ciudad cuenta con galerías, salas de exposiciones y museos, cuya oferta abarca desde la arqueología o el arte sacro hasta las instalaciones y el arte conceptual.

En el ámbito cultural, merecen una mención especial las casas museo, como la del propio Picasso, la de su coetánea Emilia Pardo Bazán (hoy sede de la Real Academia Gallega), Casares Quiroga o María Pita, ya que permiten conocer la biografía de algunos de los personajes relevantes de la historia local y a la vez recrean la atmósfera de la vida cotidiana en épocas pasadas.

Tanto los niños como las personas curiosas, sea cual sea su edad, encontrarán irresistibles los museos científicos coruñeses (Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, Casa de las Ciencias, Domus, Acuarium Finisterrae), valiosos recursos de ocio educativo donde entretenimiento y aprendizaje van a la par. Con el lema «Prohibido no tocar» por bandera, en ellos se invita a la interacción, a experimentar por uno mismo.

En una ciudad abierta como esta, donde la gente es sociable y callejear es una forma de ocio, el comercio y la hostelería locales, siempre dinámicos, contribuyen a que el ambiente del centro permanezca vivo, ofreciendo mil y una propuestas tentadoras. Grandes firmas que son un referente a nivel estatal e incluso mundial conviven con pequeños negocios familiares, algunos centenarios, otros apenas empezando; y entre todos tejen el alma de esta ciudad, que no deja de latir ni de día ni de noche. La gastronomía es un valor en alza al que conviene estar atentos. A Picasso le encantaban los percebes, que había conocido en A Coruña, pero la oferta va mucho más allá del marisco. Además de innumerables bares de tapas, tradicionales o creativas, cada vez son más los restaurantes reconocidos por la calidad de su producto o la originalidad de sus preparaciones.

En una ocasión Picasso definió A Coruña como «la ciudad más divertida del mundo». Tal vez sea una exageración, pero lo cierto es que los atractivos de la ciudad son muchos, ¿por qué perderse alguno?


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